28 agosto 2011

C´est la vi

Reconozco en tu mirada la nobleza de una cálida mañana.

No podría contar mejor esta historia que como la vida misma la está contando. La felicidad de unos es la tristeza de otros, C´est la vi. En esta película hemos actuado de villanos y de héroes, a veces mas tiempo en el uno que en el otro.

El ultimo día que vi a mi tia-abuela Socorro fue para despedirme, yo me mudaba a otra ciudad y ella me tenía un regalo. A decir verdad, nunca valoré ningún detalle que pudiese tener ella conmigo; Típica cualidad de los miserables como yo. Sin embargo, esta vez me sorprendí. Socorro me regalo su estampita del Ángel de la Guarda. No me regalo una estampita nueva, me regalo la suya.

La vi y recite casi de memoria. “Ángel de mi guarda, mi dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día”: Viaje directo a la niñez, época linda de personitas nobles y amores de bicicletas. Socorro no me regalaba una estampita, ni protección, ni nada de eso; Ella acariciaba mi historia, me estremecía, repintaba los detalles que mi rutina había olvidado. La guardé y nunca mas la saqué… Hasta hoy

A veces la vida parece una sabana de retazos; Uno no le va encontrando el sentido a nada, ni idea de porqué aquí es blanco y continuo es negro. Como este Post! Que comenzó hablando de felicidad, villanos, de la tia-abuela, Ángeles y quien sabe con que va a terminar.

Pero hoy llegamos al retazo faltante, El que da la forma. Hoy una estampita que creía guardada se personifica, Así…! De la nada; Y no, no estoy hablando metafóricamente aunque a veces pareciera. Este retazo de mi vida me pone a actuar de villano, a entender este personaje al cual odiaba cuando yo era el héroe azul de mi historia. Hoy llega un Ángel que creía perdido a darme cachetadas a diestra y siniestra cuando la beso. Hoy disfruto un retazo de mi vida, con un futuro incierto, poco probable, pero que igual disfruto.

Lo que mi Ángel no sabe (Y no se lo pienso decir) es que su sabana, la cual cree blanca y continua, también está hecha a retazos; Que yo soy su parche negro. El que la hace menos inmaculada, mas colorida. El que le puede cambiar su historia de júbilos solitarios, de desganes, de salvaciones precipitadas. Lo que mi Ángel no sabe (Pero algún día se lo pienso a decir) Es que este momento de nuestras vidas podría ser un retazo de felicidad, o podríamos juntar nuetras sabanas y cobijarnos en sonrisas para siempre.

7 comentarios:

  1. la sacaste del estadio...y en un partido de futbol

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  2. totalmente de acuerdo contigo, que mal cuando actuamos de villanos y que culpa se siente, que mal q seas el parche negro de alguien y q mal serlo tambien.

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  3. Insisto, muy buen blog.

    Botella de besos y caja de abrazos.

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  4. Definitivamente debes empezar a escribir mas a menudo, esto de releer y releer ya no es tan divertido, creo que me se de memoria mas de uno de tus escritos, ya son las 5 am y aun no tengo sueño, estoy segura que si tuvieras algo nuevo por leer ya me hubiese podido dormir :)

    aprovecho y te recuerdo lo que escribiste el 29 abril 2009:

    10 Errores reiterativos

    #3. Dejar de escribir

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  5. Super Jean... dale algo a Walter y Aramit pa' que se inspiren...

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