29 marzo 2014

Otra sabana blanca que se abre

– ¿Estas bien?

Vidrios rotos por todos lados es lo único que alcanzo a ver. Nada de esto se me hace conocido. Siento la cara húmeda, sudor creo. Casi no me puedo mover del dolor de cabeza que tengo; Lo hago lento pero me detienen.

– Quedate quieto, no te muevas. Acabas de tener un accidente.

¿Un accidente dijo? ¿Por que tendría un accidente? ¿Acaso donde estoy?. Empiezo a sudar más; limpio mi cara con mi mano y tiñe de rojo. Deja vu... Esto me recuerda aquel sueño recurrente. Debe ser eso entonces, estoy soñando. Yo no tendría porque tener un accidente, sí anoche estaba... Estaba... ¿Donde carajos estaba yo anoche? No recuerdo nada.

– ¿Que pasó? - Pregunto al tipo que está a mi lado.
– Tuviste un accidente... En el carro.

En el carro... Enfoco a la distancia y veo mas destrozos. Esto ya no tiene nada que ver con mi sueño recurrente; Esto parece real, el dolor se pone insoportable y me quejo.

– Amigo, ya viene una ambulancia. Quedese tranquilo. – Me dice el tipo.
– Dice usted que tuve un accidente?
– Si pero tranquilo, usted está bien y ya viene una ambulancia.
– ¿Donde estamos?
– Esta es la vía al mar. Entre Barranquilla y Cartagena.

¿Cartagena? Cartagena... Claro, íbamos a festejar mi cumpleaños a Cartagena. ¿Quienes me acompañaban? No lo recuerdo bien. Tal vez Roxana? Si claro, ella no se pierde un cumpleaños mío, siempre a mi lado... Pero ¡ROXANA!

– ¿DONDE ESTÁ ROXANA?
– Tranquilo amigo. No se mueva.
– Ella venia conmigo, ¿donde está?
– ¿Venia donde? ¿En que puesto?

¿En que puesto? Pienso. No lo se. No estoy seguro.

– ¿En que puesto venia yo?
– Usted era quien manejaba, amigo.
– ¿Ahh? ¿Yo manejaba?

Estoy estupefacto. Miro a mi alrededor nuevamente y la gravedad del asunto empieza a crecer. Alguien acordona el sitio con cinta amarilla. Hay más gente ahora; Algunos me miran a mi con horror, otros miran fijamente y con espanto a otro sitio. Sus caras son terrible y ponen mi corazón a latir acelerado.

– Roxana venia a mi lado! Si si, a mi lado! ¿Donde está ella? ¿ESTÁ BIEN?
– Si, tranquilo, ella está bien. Está un poco mareada como usted, pero está bien. Tranquilo. Mirela, allá la está ayudando 

Roxana está bien. Eso me tranquiliza. No me perdonaría que mi amiga de batalla muriera por mi culpa; Roxana está bien. Roxana... Ella fue la de esta idea de venir a Cartagena, ahora lo recuerdo. Nos convenció a todos hoy viernes a última hora. Claro... Raúl, Ernesto y Sonia, mi combo, pa' arriba y pa' abajo en todas. ¡Que se seria de mi cumpleaños sin ellos!

Ahora mi nostalgia es interrumpida por aquel que extiende una sabana blanca contra el suelo. Está tapando algo, así que hago un esfuerzo por ver más... Es el cuerpo de alguien. Alguien que ha muerto en este accidente. Accidente... Yo venia manejando. Fue culpa mía? Ah?

– Yo venia con tres amigos más. ¿Donde están? ¿Ellos están bien?
– Tranquilo amigo. Ya viene la ambulancia. Tranquilo.
– Digame por favor. ¿Como están mis amigo?

Nuevamente la sabana blanca se extiende contra el suelo. Es otro cuerpo. Maté a otra persona... Si, la maté, fue culpa, seguro fue mi culpa. [Rompo en llanto ] ¡Fue mi culpa maldita sea! ¡Soy un asesino! ¡Maté a dos personas! Debí morirme yo en este accidente y no quedarme en vida como un asesino, si, asesino, eso es lo que soy!

– ¿DONDE ESTAN MIS AMIGOS? LOS QUE VENÍAN ATRAS, DIGAME POR FAVOR!

Otra sabana blanca que se abre. La veo y cara del tipo que me acompaña lo dice todo. – Mis amigos murieron, yo los maté. Soy un asesino, soy asesino, cobarde asesino!

Llega la ambulancia. Se llevan a Roxana primero, su cuerpo está ensangrentado... Igual que mi culpa, ensangrentada como vil asesino; No quiero vivir así, si se le puede decir vivir a está miserable existencia que me queda. No quiero vivir. Mate a Raúl, a Ernesto y Sonia. Mis amigo, yo los maté. Una sabana debería cubrirme a mi porque mi vida hoy acabó.

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