Comienzo a este post sin saber donde va a terminar; En la basura, tal vez… como los que he escrito últimamente.
La verdad, si fuera mi, no estaría escribiendo. Solo tomándome el café y punto. Pero las amarguras de las cicatrices duelen demasiado y su llanto son letras. No hay nada que se pueda hacer. Nada que se pueda decir. Tal vez escuchar música del folclor Boliviano seria lo único que no me recuerde a ella… Pero tal vez el subconsciente recuerde el “porque es que no quiero recordarla” y zas! Se me fabrica otro recuerdo instantáneo de ella
Me quedan dos dedos de café. Tal vez vaya por otro. ¿A quien carajo le importan los dientes amarillos cuando se tiene un corazón negro? Si, Negro como un cuervo o una María Mulata.
Acabo de vomitar en la taza del café y curiosamente ahora está mas caliente que cuando lo comencé a tomar. También esta mas negro y mas amargo. Es un asco completo. Una porquería en todo el sentido de la palabra. Creo que no lo tomare mas… tal vez solo un sorbo.
Los sabores ya no me importan. Los colores de las letras tampoco. Siempre termino escribiendo de ella aunque diga que me importa un culo. Soy muy terco para dejar de escribir sobre ella, a la que siempre le cambio el nombre pero nunca su par de tetas… por muy amargas que sean las cicatrices.
Escribir nos ayuda a exorcisar nuestros demonios... y algunas veces a olvidar las tetas.
ResponderBorrarJeanPuuu, Arriba ese ánimo con aguila roja! ;)
ResponderBorrarRecuerda este pedacito de canción...no se puede cambiar de corazón como de camisa, sin perder la sonrisa...
Abracitos!
Lástima que no alcanzamos a vernos....pero aqui te dejo un abrazo!
ResponderBorrarQue bueno es sentir el viento que provocan las ideas cuando nos decidimos a saltar al vació únicamente poblado por ellas...sin saber donde terminaremos.
ResponderBorrarVOLVISTE JEANPO!!!!
Cicatrices que duelen, dolor que que se cura con el tiempo, cicatrices que quedan para siempre.
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