En una tierra muy muy lejana vivía Pablo, El Autista. Desde su silla, Pablo soñaba y miraba el Sureste mientras comía todo lo que llegara a su boca. Era un mundo de fantasías con voces de fondo en el que vivía Pablo; mientras el resto del mundo corría a mil en campeonatos de Fútbol o en autos de formula uno, Pablo se detenía lleno de sonrisas en los detalles como el muñequito de los semáforos o en las hojas de los árboles que se mueve con la brisa.
Nadie comprendía a Pablo pero él no estaba para explicaciones. Algunos decían que Pablo sostenía conversaciones directas con el mismo Dios en las noches, otros por el contrario decían que Pablo era un olvidado de Dios… Para Rosaura, su madre, Pablo era su Dios, su sol y mucho mas. A veces Rosaura mira árboles del sureste junto a Pablo, queriendo entrar a su mundo, buscando esa puerta que le permitiera darle un abrazo calido y que su sonrisa se encontrara con la sonrisa de ella.
Un día del que pocos se acuerdan, observaba a Pablo en su silla mientras que Rosaura me contaba sobre las ultimas noticias de los médicos y como las ultimas radiografías, que seguía buscando en su cuarto, le daban pizcas de esperanzas. En esas, la ventana por la que Pablo miraba el exterior se cerro por una fuerte brisa y, créanme o no, vi cierta resignación en el mientras bajaba su cabeza, así que me pare, camine hacia la ventana y la volví a abrir…El nuevamente alzo su mirada y no se si fue algún efecto de luz, pero sentí como voz telepática que alguien me daba las gracias.
Así era Pablo y así era su mundo; y digo “así era” por que ya no es. Ahora Pablo no existe ni aquí ni allá. Las esperanzas se fueron en un quirófano. Sin embargo, Rosaura aun sigue buscando la puerta en el árbol del sureste mientras que descifra el mensaje que le dejo la vida. Yo? pues en dias acelerados como estos donde todos me parecen lunes (y no de tetas precisamente) aun sigo esperando que alguien me habra una ventana, asi sea al simple sur, asi sea al olvidado norte, pero una ventana por donde escaparme, si... eso, ojala llegara alguien y me abriera una ventana de escape
Nadie comprendía a Pablo pero él no estaba para explicaciones. Algunos decían que Pablo sostenía conversaciones directas con el mismo Dios en las noches, otros por el contrario decían que Pablo era un olvidado de Dios… Para Rosaura, su madre, Pablo era su Dios, su sol y mucho mas. A veces Rosaura mira árboles del sureste junto a Pablo, queriendo entrar a su mundo, buscando esa puerta que le permitiera darle un abrazo calido y que su sonrisa se encontrara con la sonrisa de ella.
Un día del que pocos se acuerdan, observaba a Pablo en su silla mientras que Rosaura me contaba sobre las ultimas noticias de los médicos y como las ultimas radiografías, que seguía buscando en su cuarto, le daban pizcas de esperanzas. En esas, la ventana por la que Pablo miraba el exterior se cerro por una fuerte brisa y, créanme o no, vi cierta resignación en el mientras bajaba su cabeza, así que me pare, camine hacia la ventana y la volví a abrir…El nuevamente alzo su mirada y no se si fue algún efecto de luz, pero sentí como voz telepática que alguien me daba las gracias.
Así era Pablo y así era su mundo; y digo “así era” por que ya no es. Ahora Pablo no existe ni aquí ni allá. Las esperanzas se fueron en un quirófano. Sin embargo, Rosaura aun sigue buscando la puerta en el árbol del sureste mientras que descifra el mensaje que le dejo la vida. Yo? pues en dias acelerados como estos donde todos me parecen lunes (y no de tetas precisamente) aun sigo esperando que alguien me habra una ventana, asi sea al simple sur, asi sea al olvidado norte, pero una ventana por donde escaparme, si... eso, ojala llegara alguien y me abriera una ventana de escape
Por eso intento escaparme por hoyos negros... Siempre existen, existen en el mundo de todos y es más fácil para los que somos almas solitarias.
ResponderBorrarNo es necesario escapar, siempre la vida te ofrece la oportunidad de mejorar, cambiar y avanzar, aunque en algunos momentos retrocedamos, las ventanas y las puertas te las da el alma.
ResponderBorrarBuen viento y Buena Mar..( bonita historia).
Ovación de pie para este cuento corto Jean Po.
ResponderBorrarExcelente...
Y en cuanto a lo del escape... no esperes que nadie abra la ventana por ti. A veces no necesitamos abrirla... sino pasar a traves de ella.
Saben? tienen razon, no somos discapacitados para no abrir la ventana o no buscar la puerta uno mismo... aunque es mejor cuando llega alguien y te la abre, pero en fin...
ResponderBorrar(Que bacano es tener un Blog y discutir estas maricadas jeje)
A mi creo que me abrieron el cerrojo de la ventana, para que solo la empujara ,anque siempre estube buscando ese cambio ,y se dio... en un abrir y cerrar de ojos cambio mi vida ,pero para bien pq me siento contento y sali del estancamiento en el que estaba
ResponderBorrarsali del carnestolendico paraje donde estrañamente fui feliz (epa esa no es un cancion).
Excelente. Excelente. Felicitaciones, comencé a leerlo y no pude detenerme hasta el final. Sencillamente lindo. ^^ Es un gusto pasar a conocer por aqui.
ResponderBorrarKisses